OCTOGENARIO

Mi abuelo se convirtió el viernes en octogenario. Y el domingo lo celebramos todos. Nos fuimos a comer toda la familia (bueno, casi todos): los hijos con sus respectivos cónyuges, los nietos y las 3 bisnietas: en total, 35 personas. Comimos en el sitio de costumbre de cada año por estas fechas.
Previendo la sobremesa el "primo-Genito" de la familiapreparó nada menos que un folleto con cantos populares... y es que a falta de karaoke informatizado, buenas son las hojas de toda la vida.
El micrófono. el bastón de la mayor de la familia; los instrumentos: lo que cada uno pillara; el coro de los ángeles desafinados: los presentes. ¡Qué espectáculo!
La mejor fue, como siempre, la más joven de mis tías: es la que más desafina, la que más ganas le pone y la que menos vergüenza tiene. Lloramos de la risa.
Eso sí, el karaoke dio comienzo después de haber cantado dignamente el himno de Galicia.
Hicimos un repaso de villancicos, canciones de campamentos, de los 80, los 90, canciones que no conoce nadie... y, como no, al igual que en todas las fiestas gallegas acabamos "Al compás de una muiñeira".
El año que viene prometimos volver con al menos una guitarra... y eso va a ser para grabarlo en vídeo. La familia V ataca, señores cantantes.