Intentar poseer un sueño es como pretender que un canario se críe libre en una jaula.
Hay sueños felices, sueños tristes, sueños que duran toda la vida y sueños que duran apenas 3 minutos. Hay sueños inacabados que te dejan una extraña sensación cuando despiertas. Hay sueños que se repiten durante mucho tiempo y sueños que son irrepetibles. Hay sueños que te llenan de esperanza y sueños que te llenan de nostalgia. Hay sueños que encierran un deseo profundo y sueños que no significan nada.
Hay sueños... y sueños.
Yo tengo un sueño que encierra un deseo profundo, que me da esperanza e ilusión y me llena de nostalgia al mismo tiempo. Es un sueño que aunque se repite para mí es único. Es un sueño feliz por la noche y que me deja una extraña sensación cuando despierto. Es un sueño inacabado. Y de momento tampoco es realizable. Pero es mi sueño y no renuncio a él. No lo poseo como quien posee un canario enjaulado al que sólo mira y obliga a cantar. No es algo de lo que me sienta esclava. Pero es mi sueño y muchas noches me gusta refugiarme en él y pensar que la vida no es como se me presenta sino como realmente la sueño. Es mi sueño y eso es lo único que me queda.