Este "puente" (para quien lo haya tenido) fueron las fiestas más importantes de Santiago después del Apóstol: las fiestas de la Ascensión. Música (genial el concierto de M-Clan, suenan mejor en directo que en CD), chiringuitos de atracciones a los que no me subí porque los consideré demasiado peligrosos para mi integridad física y digo yo que no tengo ninguna necesidad de morir joven, ¿no?, churrerías, pulperías... vamos, lo típico... Estaba la magnífica carrera de camellos con la que siempre me parto de risa con los comentarios del "presentador"... Justo al lado había puestos de ésos de tirar los dardos, canastas y tirar de la cuerda para conseguir un muñeco... Opositora, su hermana, Viguesa y yo decidimos que de invertir hacerlo en un juego con premio seguro, así que decididas nos encaminamos al de la cuerda: total si no te gustaba el que te salía te lo cambiaban por otro... Pues nada, que para allá que fuimos... Médica (la hermana de Opositora) cogió su muñequito que después cambió por otro que le gustaba más: un perro cabezón; Opositora cambió el suyo por un mono; Viguesa cogió su rana (para su colección) y a mí me tocó un lobo con piel de cordero (así, como lo leéis): un lobo que tenía una capucha de cordero... El más original... y el único de su especie que quedaba, así que yo tan contenta... Nos fuimos a amortizar la orquesta que pagamos todos con nuestros impuestos... Estaban bien: no tocaron pasodobles y esas cosas típicas de las orquestas... al menos en el segundo pase porque el primero nos lo perdimos. Tocaron mucho rock, heavy... Vamos para saltar como locas con nuestros muñecos... Terminó el pase y los bises de la orquesta y todo el mundo: "Otra, otra..." Y yo pensé: "Pa qué voy a gritar si no van a hacer ni puto caso, se les acabó el repertorio". Pues los dos tíos que tenía al lado que se pasaron todo el "concierto" bebiendo... van y me sueltan con voz de pastor que ha perdido las ovejas: "Di algo, joder... a ver si salen" Y yo tan tranquila con mi muñeco sin decir ni pío... hasta que cuando estaba todo en silencio voy y grito: "¡Vamos, coño!" Y los de al lado también gritan: "¡Ahhhhhoraaaa sííí!". Y nosotras muertas de risa, claro... Nos fuimos, porque como yo sabía no nos hicieron ni puto caso (lo dicho: ya no tenían repertorio). Se nos acercan dos cuarentones borrachos también para intentar ligar con nosotras:
Ellos: Anda, cuántos muñecos, ¿Dónde los habéis conseguido?
Opositora: En las canastas (Será mentirosa la tía)ç
Yo: En los dardos (Anda qu yo también)
Ellos: ¿Sí? ¿Y cómo lo habési hecho? (Vaya pregunta más estúpida)
Yo: Fácil: tú das una monedita, te dan tres darditos, aciertas en tres dianitas y te dan el muñequito
Ellos: Pero tú tienes dos (Viguesa estaba en el baño y tenía el suyo), Tú tienes mucha suerte ¿no?
Yo: No, es que yo soy muy buena (vamos, hombre, faltaría más)
Él: Me podías regalar uno
Yo: La afortunada está en el baño
Él: Dirás el afortunado
Yo: No, la afortunada (Sale viguesa del baño)
Él: A que el muñeco va a ser suyo...
Yo: Que no que es mío... Toma Viguesa, te lo regalo (y ya de cabeza al infierno por mentirosa jejeje)
Aprovehcamos un despiste de los tíos y nos fuimos a sentarnos plácidamente en la Quintana con nuestros muñecos y una bolsa de gusanitos cada una (así de rompedoras estábamos... no había ganas de nada más fuerte). Pues todo el que pasaba por allí se nos quedaba mirando... porque claro es muy normal ver a cuatro tías de nuestra edad con cuatro muñecos grandes comiendo una bolsa de gusanitos en la Plaza de la Quintana a las 3 de la mañana... Se nos acercaron cuatro o cinco pandis (maxi pandis, súper pandis, mini pandis...) a hablar con nosotras y a intentar cambiarnos el muñeco por nada (qué ilusos). La última mini-pandi: tres tíos, uno de los cuales decidió que sacaba más provecho sentarse en plan autista a tres metros de nosotras, los otros dos se pusieron frente a nosotras a preguntarnos cómo los habíamos conseguido:
Yo: En los dardos
Opositora: En las canastas
Médica: En los dardos
Viguesa: (Que no se enteró de que en las series le tocaba decir Canastas): Pues yo tiré de una cuerda
Ellos: Oye, pues qué buenas sois ¿no?
Nosotras: Por supuesto
Ellos: Los dardos son difíciles, pero las canastas... tío es que no acierta nadie
Opositora: Es que yo fui medalla de oro del campeonato interclases del instituto (dato verídico, por lo visto)
Yo (que no sabía ese dato de su biografía): Sí, del año 45...
Así seguimos con nuestra "mentira" el resto de la noche... Eso sí, el muñeco que más sensación causó fue el mío. Ellos querían haber conseguido uno como el mío pero les dijimos que era el único que quedaba... así que se quedaron con las ganas...
La conclusión de la noche según Viguesa fue: "¿Quién necesita un niño o un perro para ligar teniendo un muñeco?" Pues igual tiene razón... no sé si llevármelo de marcha cada noche que salga... De todas formas a quien me pregunte seguiré diciendo que lo conseguí en los dardos...
