Desde hace un par de meses na chica guapa -¡guapísima!- me está tirando los tejos y yo... nada, que no me decido: que si, que no, que no, que no...
Y empiezo a pensar que mi invento ése de ser asentimental al final va a resultar que funciona en determinadas cuestiones amorosas.
El caso es que la chica está genial, pero me recuerda tanto a...
Aún recuerdo la conversación mantenida con mi ex en la estación de autobuses de Granada on la maleta en la mano:
Ella: Eh, tranquila... lo suprarás
Yo: Claro... primero estaré hecha una mierda, después estaré borde y luego volveré a ser yo misma hasta que venga otra gilipollas a reírse de mí...
Pues eso, que como no quiero más de lo mismo total para que me deje a los cuatro días por e-mail, que es el medio que aún nadie usó para dejarme... decidí consultar con mi bola de cristal y tras meditarlo un tiempo creo que me voy a quedar como estoy. Eso sí, mis sentimientos más íntimos los reservaré sólo para mí y a lo sumo un par de privilegiados. La última vez un rumor FALSO dejó agonizando lo que yo creía una AMISTAD y me está costando lágrimas y hasta la salud (mi cuerpo que ahora lo somatiza todo) levantarla de nuevo... Claro que eso es cosa de dos...
"-Supongo que será mejor que nadie sepa nada de esto
-Por mi parte no se lo diré a nadie. Me lo contaré a mí mismo de vez en cuando pero, tranquila, no me lo creeré. Ha sido un placer... Surrealista... pero bonito" (Notting Hill)
