ESOS LOCOS BAJITOS

Viven como Dios. Juegan todo lo que quieren sin preocuparse por nada. Tienen de todo. Y lo que no tienen lo consiguen con un par de lloreras -en la mayoría de los casos-. Los de mi cole son auténticos. Se pasan la mañana llorando -los más pequeños de un año- y para calmarlos les suelto un discurso: "Estás vestido, estás comido, has dormido... ¿por qué lloras?. La vida del bebé es dura... pero espérate a que crezcas que la cosa no mejora, porque cuando empieces con la hipoteca... te diré... eso sí va a ser llorar..." Y me miran atentos. Alguno hace números en su cabeza pensando cómo hace su madre para llegar a fin de mes. Otros piensan e buscar uhn trabajo por horas de ésos de pegar sellos en sobres... Y otros ven el futuro tan negro que deciden seguir llorando. Ahora, la que llora de verdad es Veterana. Ésa sí que llora, pero de la risa.
Cuando el discurso no funciona a veces les cuento un chiste. Y ahí se quedan todos callados, Menos Veterana, que sigue llorando de risa.
Pero los más graciosos son los de 3, 4 y 5. Cuando van al wc vienen a buscarme y más chulos que un 8 me sueltan: "Profe, voy a hacer caca; cuando te llame, ¿vienes a limpiarme el culo?" Y a los dos minutos (o menos) se oye un grito en el pasillo: "¡Helen!" Y yo contesto al más puro estilo Gracita Morales: "¡Señorito!". O me esperan en el patio cual as del balón para echarse el ansiado partido de fútbol conmigo, que cualquier día los veo con una pancarta. Los de 3, 4 y 5. Ésos sí que viven bien. Yo de mayor quiero ser niña.