viernes, 15 de mayo de 2015

DECISIONES

Hace tres meses ya que abrimos la tienda. Elena está muy contenta y yo también de verla a ella que es feliz.
Empezamos a pensar en la posibilidad de mudarnos al pueblo donde está la tienda por cuestiones prácticas: ahorro en gasoil (sólo moveríamos un coche); ella puede descansar a mediodía. La verdad es que ella tiene razón. En el fondo es lo mejor para las dos.
El viernes fuimos a ver un piso: súper chulo, con una terraza impresionante y más barato que aquí. Sólo nos echaba para atrás que es gas butano lo que tiene. 
El caso es que después de pedir consejo decidimos aceptar. 
Pero a mí, como siempre antes de las grandes decisiones, me entró la cagalera. Me cuesta pensar en mover toda nuestra vida... aunque es verdad que luego me adapto a la situación con relativa facilidad. Pero ese primer paso me cuesta: me entra frío, sudor y diarrea (literalmente). Luego, una vez que está dado, me siento súper orgullosa de lo conseguido y del esfuerzo realizado.
Elena es más echada hacia delante: ella hace y deshace con mucha facilidad, aunque luego tenga que reposar y pensar.
Esta pequeña diferencia de caracteres a veces nos hace "discutir" y ella suele ser más obcecada y mandar a paseo ciertas cosas. Sí que es verdad que luego lo piensa y reacciona. Y a mí eso me vale. Porque el amor es así, ¿no?: uno tira del carro cuando el otro parece que se paraliza y viceversa.

Hace un año, justo antes de venirse ella para aquí, hice una promesa. Y eso no implica que no me entre diarrea, sudor y frío ante las decisiones importantes... pero si voy hacia delante es por ti, por mí... pero siempre CONTIGO.

1 comentario:

María dijo...

¡Seguro que os va a ir bien!