jueves, 18 de febrero de 2016

Discutir

Así como en muchas cosas pensamos igual, cuando discutimos somos muy distintas. A ella el enfado suele durarle más. A mí no. Yo siempre tengo presente lo mucho que la amo y lo que nos ha costado poder estar juntas y eso hace que sea incapaz de estar enfadada mucho tiempo. Creo que no merece la pena. Creo que es más fuerte lo que nos une que lo que nos separa.
Pero ella necesita tiempo.
Y me limito a esperar. Porque la conozco.

Si fuera una niña ya la hubiera traído en brazos a la cama. Como cuando cojo a mis niños de la guardería después de un berrinche. Aunque patalee como ellos. Aunque me llame mala como ellos cuando están enfadados.
Pero no puedo.

Y aquí estoy. Desvelada. Con los ojos lllorosos porque ella ha preferido quedarse en el sofá a venir a la cama conmigo. 

Es la primera vez desde que vivimos juntas que no está en la cama.
Y no me gusta.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nos has descrito a mi mujer y a mi, yo soy la que me quedo en el sofá, cada una necesita su tiempo y por fortuna no somos todas iguales.
Toricha

Blau dijo...

joooooo, ve a buscarla!

helen dijo...

Fui a buscarla fos veces. Ayer otras dos, pero la segunda ni siquiera abrí la puerta...