lunes, 29 de junio de 2009

LA REVISIÓN

Esta mañana tenía la revisión médica de la empresa. Aparqué el coche en zona ORA y le puse el tiket correspondiente, así de "responsable"... ¡así de zopenca! Cuando lo coloqué en el coche me fijé bien y no era obligatorio hasta las 10'00 de la mañana ¡y eran las 8!. Ala, un euro al ayuntamiento por amor al arte...
Llego a la clínica con mi bote de "lluvia dorada" al lado.
Primera doctora: me pesa (pa qué... ahora ando alicaída de saberlo...), me mide (genial, mido un centímetro más de lo que yo creía: 1'66), me hace la prueba de la audición (y yo creo que pulsé el botón más veces de las que eran, pero a mí me parecía que sonaba algo y yo le daba por si acaso), y llegamos a la vista:
ella: ¿para qué son las gafas?
yo (pues vaya pregunta: para ver): soy miope.
ella: con las gafas puestas mira por las lentes y dime la primera fila
yo: uy, no veo
ella: coloca bien la cabeza
yo: si la coloco bien, pero no veo (y empiezo a preocuparme seriamente). Entonces se me ocurrió colocarme bien las gafas y... ¡ups, tenía las gafas mal colocadas!
ella: toma estos papeles y los vas cubriendo en la sala, ahora te llama mi compañero.
Me voy a la sala, me siento, leo la mitad del folio y viene el segundo médico. Y yo con mi bote al lado.
Me hace un electro, me da unos golpes en la espalda, me hace unas cuantas preguntas.
él: ¿aún no has cubierto los papeles?
yo: no me ha dado tiempo (pensando: no me ha dado tiempo ni a sentarme)
él: cúbrelos que ahora te llama mi compañera. Y llévate el bote.
Me llevo el bote. Me siento. Y me llama la tercera doctora sin haberme dado tiempo a coger el boli.
Me toma la tensión. Me saca sangre. ¡Y me recoge el bote! (¡por fin, después de dos horas cargando con él!).
Por cierto, que de momento estoy estupenda... a ver cuando me den los resultados :)

domingo, 28 de junio de 2009

EL DÍA QUE EMPEZÓ EL VERANO...

...te fuiste para siempre... y la familia se quedó muy unida... pegada al cristal tras el cual descansaba tu cuerpo ya sin vida... el día que empezó el verano se acabó tu sufrimiento...
Cuando era pequeña pensaba que tú nunca te ibas a morir... porque pasaban los años y yo siempre te veía igual de grande, de elegante... Y es verdad, nunca te vi enfermo... nunca lo estabas...
Es curioso cómo ocurren las cosas: cuando yo volví eras tú quien cuidaba de la abuela... y desde hacía un año ella tuvo que fortalecerse para cuidar de ti...
Como decía uno de los ramos, y como te llamábamos los nietos mayores:
GRACIAS POR TU VIDA, PAPÁ V