Resulta que ayer me fui con Opositora a la otra punta de la ciudad porque ella tenía que entregar unos apuntes a no sé quién. Llegamos al punto de encuentro y nos encontramos con que la cafetería estaba cerrada, así que ella decidió llamar a "Amigo Gay" para preguntarle qué pasaba que su amiga no había llegado. Él se puso a parlotear con ella y Opositora le soltó: "Oye, que te llamo luego que estoy con Helen (no me conoce de nada el tío)" Entonces Amigo Gay le dice todo convencido que me ponga yo al teléfono, que quiere hablar conmigo. Opositora me pasa el teléfono y yo, pues claro... con los ojos como platos... ¡Si no lo conozco!. El caso es que nos pusimos a hablar.
Amigo Gay: Oye, corazón... ¿qué es de tu vida? ¡Cuéntame!
Yo: Pues trabajo en una guardería.. preparo Oposiciones... bla bla bla...
Y así estuvimos hablando como diez minutos...
Amigo Gay: Mira, Helen, que el miércoles o el viernes voy a ir a Santiago y he quedado con Opositora para un café... vente tú también que tengo ganas de conocerte... porque siempre que la llamo me dice que está con Helen y... hija, que tengo yo ganas de conocerte...
Yo: Mira, a mí me pasa lo mismo... siempre que estoy con ella me dice que la has llamado, o que acaba de hablar contigo o que tiene que llamarte...
Amigo Gay: Ay, qué pobre... pues nada, chica que tenemos que conocernos... que tenemos que ficharnos mutuamente...
Yo: Pues me parece genial... cuando vengas quedamos...
A todo esto, que llega la amiga ésta a la que tenía que entregar los apuntes y se lo cuento a Amigo Gay y entonces me dice: "Oye, pues hazme un favor, pásamela y así ya hablo con ella también"...
Vamos, que colgué el teléfono muerta de risa y diciéndole a Opositora que tenía un amigo encantador...